Contaminación en China.
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EFE

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La capital de China vive su primera jornada en alerta roja por contaminación

La mitad de los automóviles privados no pueden circular, también se ha prohibido la circulación de camiones pesados y se han suspendido las obras y las fábricas contaminantes han reducido o parado su producción.

La capital china vive su primer día en alerta roja por la elevada contaminación, en el que las restricciones al tráfico se hacen notar a pesar de que la calidad del aire no es tan mala en términos históricos.

La Oficina de Medio Ambiente de Pekín emitió la alerta, la primera de este tipo en la historia local, la pasada noche para que entrara en vigor a partir de las 7:00 a.m. hora local (6:00 p.m. hora colombiana del lunes), ante los niveles peligrosos de calidad del aire.

La alerta roja, el nivel más grave en una escala de cuatro colores, implica que la mitad de los automóviles privados no pueden circular (se practica un sistema alterno en función del último número de la placa de matrícula y el día del mes par/impar).

También se ha prohibido la circulación de camiones pesados, lo que, en conjunto, ha conseguido que el tráfico en la ciudad fuera claramente menos denso de lo habitual en la hora punta de esta mañana.

Para compensar los dos millones de personas que se calcula no podrán usar el automóvil, el transporte público ha extendido los horarios y aumentado sus servicios.

Las medidas más importantes se refieren a la industria y el sector de la construcción: se han suspendido las obras y las fábricas contaminantes han reducido o parado su producción.

Aparte de la construcción los sectores más afectados son la generación de energía, la siderurgia y la producción de cemento y coque.

Las escuelas primarias y secundarias han suspendido las clases, aunque los centros siguen abiertos para los alumnos que necesiten ir si sus padres tienen que trabajar.

También se ha pedido a las empresas y las instituciones oficiales que permitan horarios flexibles para sus trabajadores y algunas han dejado a los empleados que trabajen desde sus domicilios.

La alerta estará en vigor hasta el mediodía del jueves y poco después se espera que un frente frío con vientos sostenidos despeje la contaminación.

Este es el segundo episodio de contaminación aguda en Pekín en poco más de una semana, y aunque el anterior, que comenzó a finales de noviembre, registró cifras mucho peores de calidad del aire, las Oficina de Medio Ambiente municipal no pasó de la alerta naranja.

En aquella ocasión, las autoridades de la capital recibieron amplias críticas por no haber declarado la alerta roja y haber permitido que los niños acudieran a clase.

Sin embargo, los niveles actuales de contaminación que sufre Pekín no son graves en términos históricos y más bien son relativamente corrientes en esta época del año, cuando el uso de las calefacciones aumenta el consumo de energía, basada principalmente en la quema de carbón.

El sistema de detección de la embajada estadounidense, que normalmente arroja cifras más altas que las oficiales chinas, señalaba ayer y esta mañana niveles de partículas finas PM 2,5 -las más perjudiciales para la salud- de entre 200 y 300 microgramos por metro cúbico, con un pico de 315.

En cambio, la pasada semana se registraron tres días consecutivos de entre 450 y 666 microgramos, las peores concentraciones de todo 2015, sin que se pasara de la alerta naranja.

EFE

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